Juan Manuel Moretti: «Las canciones funcionan siempre como un exorcismo»

Juan Manuel Moretti nació en Junín y estudió artes plásticas en la Facultad de Bellas Artes y Filosofía en la Facultad de Humanidades de La Plata, además de Arte Dramático, antes de empezar a escribir canciones. Su primera banda fue Licuados Corazones, le siguió Peregrinos, tomó clases de armonía musical, hizo tango y en 1994 formó Estelares donde es cantante y compositor y con quien grabó ocho discos y obtuvo el premio Gardel al mejor álbum pop. Su libros Demasiadas pocas cosas (Emecé) es el testimonio de un mundo que ilumina las canciones de Estelares.

Dijo Juan José Becerra al respecto: “¿Dónde está la poesía? ¿En qué órbita giran sus destellos inexplicables? Una palabra responde estas preguntas: misterio. También se la reconoce por otro factor común: es una literatura volátil de fondo, que opera siempre en las profundidades de las personas. Hasta allí son capaces de llegar sus rayos y multiplicarse en ecos de mil tonos, vibraciones inesperadas y actos concretos de revelación. ¿Y el poeta dónde está? Está de espaldas a la vida civil y contra la calamidad de hacer o ser un producto; está en la noche, en las horas de insomnio, en la barra de los bares, en el nomadismo o en la soledad.”

Además, es tanguero.

—¿Cómo se hace tango? Una música tan sofisticada.

—Después de Peregrinos, de este año que tocamos, a mí me agarro como una especie de necesidad de ponerme a estudiar armonía. Me colgué con la música negra, el jazz, todo eso, y tuve como una reacción de que no quise escribir más canciones. Y de alguna manera el lazo con la música me lo mantuvo Víctor, tocaba en un grupo de guitarristas de Estelares, Víctor Bertamoni. Tocaba en un grupo de guitarras de tango con los que estábamos ahí en la Casa del Tango, en La Plata y me propuso empezar a tocar con ellos, y yo me compré un guitarrón, que es una quinta más abajo y tocamos un tiempo, creo que fue alrededor de un año, acompañamos cantantes en este grupo. Bueno, básicamente yo hacía acordes, pero precisamente el tango es muy sofisticado, así que fue un bonito paso. Ahora sí, en el último tiempo, ahora no, pasó pandemia y demás, pero cuando hay tiempo salimos a hacer tango, en este caso hago intérpretes de tango.

—Que interesante, es muy difícil cantar tango.

—Y es difícil también autorizártelo, sobre todo si te gusta mucho, es como una especie de solemnidad que uno lo aterra pero lo he encontrado a la vuelta, las devoluciones han sido muy amables, así que entramos en ese terreno.

—Sos compositor, sos cantante. ¿Esto mismo trasladó al tango quizás? ¿Has compuesto?

—Sí, he compuesto algo. Pero en realidad unos valses que acompañan también la musicalidad del tango. Hay como un ejercicio, pero me parece que es un ejercicio deficitario porque hacer un tango es bastante difícil. Al menos para nosotros, al menos para mí. Entrar en la química del universo, en la cosmovisión del tango, está en nuestra sangre. 

—Y obtuviste el Gardel a Mejor Canción de Rock por Tiempo Dorados y también al Mejor Videoclip 

—En realidad eso fue nominación al Gardel en el último disco, pero ganamos el Gardel por el disco Las Antenas, del 2016.

—Y a cuenta de esto te quiero preguntar: Tiempo Dorados estuvo nominado como Canción de Rock junto a un tema de Woz. ¿Es rock?.

—Considero que es un nuevo lenguaje y sí, es bien recontra rock. A mí me parece que Woz es el que más, bueno, no sé si es el que más, porque tampoco voy a hablar cosas que no sé tanto pero quiero decir la estructura, la armonía y las texturas de una manera que se aproxima muchísimo a una canción rock. Como para mí todo el universo es rock, lo que fuere es el universo canción, es el que más quiero. Woz y todos estos pibes nuevos están en el universo canción.

—Has publicado este libro ya hace un par de años, Demasiadas Pocas Cosas, que me parece un gran título también donde se reúne justamente un poco el mundo que envuelve estelares, tus canciones, poesía. Jarvis Cocker también tiene un libro con sus canciones y él dice en el prólogo, algo que yo no comparto, a ver qué te parece a vos: las canciones de rock no son poesía.

—Podría decir lo siguiente, justo ayer estaba pensando en algunas maneras de acceder a las canciones. Hay algunas canciones que en primer lugar para ver la canción lo primero que aparece es la melodía Entonces si lo primero que aparece es la melodía, la palabra va en un segundo lugar que adquiere una relevancia importante, por supuesto que sí. Pero para mí la canción, la primera columna es la melodía. Entonces como la primer columna es la melodía hay un montón de canciones que cierran hermosas imágenes. Pero no sé si es poesía. Nacho Vegas, el escritor español, a Nacho le gusta mucho esto que estamos hablando de la poesía. Entonces yo me puse a pensar, sí hay canciones que he escrito que me parecen poéticas. Hay un montón de canciones que atraviesan, ¿qué serían? Yo le llamo el dramatismo de algunas de mis canciones, melodrama italiano. Entonces, en el universo del melodrama italiano hablar con honestidad de la médula y de la crudeza de la médula me parece que es un ejercicio poético. Pero no es, por ejemplo, cuando compuse Un día perfecto, que es una canción que me encanta el juego de palabras. Jamás pensé que pretendía que eso sea una poesía. Sí, una canción súper fresca, hermosa y recontra cantable. Compuse Estrella, que es más tanguera, ahí sí hay como un ejercicio poético, pero incluso de humor de los simbolistas, incluso de los tangueros. Entonces como que, para mí hay un montón de elementos. Y si me preguntas qué es una canción, no sé si es poesía. Yo siento que es más canción prendida precisamente del universo melódico.

—Decías que comenzaste a jugar con la sintaxis de Twitter y los pocos caracteres para encerrar una idea…

—Me empecé a encontrar con eso, jugando con Twitter que me gustaba: Vi un paisaje eterno, llano, pulcro, corrían aguas dulces en el cauce del río/Fui un narrador bien ávido, cubierto de bondades, eso fui. Lo ponía en Twitter, veía las devoluciones y me empecé a copar, y terminó en un libro. Era la época de 140 caracteres, que era lo que valía de Twitter.

—Más allá de este libro tuyo con tus canciones y tenemos éste: Detrás de las Canciones, de Historia de Estelares, escrito por Andrea Álvarez Mujica.

—Exactamente, Andrea se ocupó de todo, hasta de la edición del libro. En Detrás de las Canciones, soy deudor. Demasiadas pocas cosas me lo propuso Juan José Becerra, que me propuso. Nada más y nada menos, Y después, Andrea, que gracias al querido Tom Lupo, que un día le lleva los discos, le dice, tenés que escuchar esta banda, a vos te va a gustar. Me emocionó, él siempre fue muy generoso y le gustó mucho la banda, me sentía interpretado por Tom. Andrea escucha todos los discos en una tarde, se comunica conmigo a ver si quería hacer una biografía. Entonces le digo, bueno, por supuesto, demasiado honor, ella escribía en Cerdos & Peces. Una vez por semana en un bar en Almagro, yo hablaba, hablaba y hablaba; ella desgrababa, grababa y desgrababa. Y después empezó, digamos, toda la construcción con los entrevistados. Mientras hablábamos yo le comunicaba quién me parecía que tenía que estar y dando la información a Andrea como para que derive la investigación. Todo es mérito de ella. Yo, como todos, tengo memoria selectiva, había un montón de cosas que había olvidado por completo y al leer a los demás,  ver la devolución es mucho más bonito de lo que mi memoria sostenía. Ya es mucho mimo una biografía, mucho mimo dos libros…

—Vos le debes algo a la literatura.

—Me pasa algo parecido con el tango. Hace poco estaba en Miramar, fuimos a tocar y con mi familia nos quedamos unos días. Encontré una librería vieja y tenía ganas de literatura argentina o en castellano, Andaba antojado, Los Pichiciegos de Fogwill: lo compré y me lo devoré. Puig, Laiseca. Forn, Aira. Entonces es como que entro, veo sus estilos, me doy una vuelta y quizás algún día pueda escribir un cuento. A mí me cuesta mucho eso. Para narrar algo así tenés que escuchar la voz de un personaje…Empecé a escribir algo nuevo que arranca desde mí y después explota para cualquier lado. Después es depurar, buscar estilo, encontrarme, buscar una voz. Algunos escritores, cuando te tocan, es extraordinario. Me pasa también con algunos directores de cine. Y cuando compro libros, voy a buscar eso, ese poder porque es todo un universo. Nabokov, Cheever, Conrad. Entonces a lo mejor, quién te dice, pueda escribir un poco mejor. Pienso en Magnetizado de Carlos Busqued, como un reportaje eterno y me lleva a Sangre fría de Capote, lo primero que uno hace relación, Magnetizado me parece una maravilla total. No puedo entender cómo no fue llevado al cine. Sí lo hicieron con Bajo este sol tremendo que no le gustó nada a Busqued. Literatura seca le llamo yo eso. 

—A propósito de estos libros que te llevan a escribir algo, a la construcción del personaje…

—Es muy importante, por eso empezaba diciendo que esto se arma de lecturas. Fabián Casas, Aira, Onetti, Rulfo, Bolaño.

—Hablemos de rock: ¿con Estelares están de gira?

—Hicimos Cosquín Rock, Miramar, de ahí nos fuimos al Bolsón. Hacemos San Luis, Córdoba, tocamos en La Trastienda, Santiago de Chile. ¡No vuelvo más a mi casa! (Risas) Las canciones funcionan siempre como un exorcismo.

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